En 22 municipios y 12 departamentos del país, donde tienen bases sociales y se sienten más seguros, se instalará las Farc, mientras se desarman y retornan a la visa civil.
No hay duda. La selección de los departamentos y municipios del país donde se concentrarán las Farc en las próximas semanas, son los mismos nichos donde han permanecido por años. Es decir, la idea es no generar mayores traumatismos ni ocasionar riesgos de seguridad a la hora de los desplazamientos.
Planadas, Tolima- por ejemplo- es una de las zonas más minadas por lasFarc. E incluso, está ubicada sobre el carreteable que conduce hacia Marquetalia, donde nació la guerrilla 52 años atrás. Lo mismo que Villarrica.
En La Paz, Cesar, – otra de las zonas de concentraciones- las autoridades reportaron agrupación de guerrilla a comienzos de 2016, aunque algunos pobladores de la zona le informaron extraoficialmente a Caracol Radio que el municipio está pegado a Valledupar y habría conato de bandas criminales.
En Caldono, Cauca (otro de los lugares escogidos), la guerrilla ha derribado torres eléctricas y controla las plantaciones de coca. Y Buenos Aires, otro de los municipios, también es zona de las Farc, aunque también hay en menor proporción bandas criminales que protegen la minería.
Tibú, Norte de Santander, otra de las localidades seleccionadas, es región de todos. Está sembrada sobre el Catatumbo donde hay Eln,Farc, Epl, entre otros. Sin embargo, en zona rural de esta localidad está ‘reinada’ por la guerrilla.
En Nariño, en Tumaco, están las Farc, pero también algunos residuos- muy pocos- del paramilitarismo. “El hecho de que hayan tenido en cuenta a Tumaco es muy diciente, es todo ese pacífico que ha estado involucrado en el último tiempo en una confrontación muy dura”, explicó León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación.
Y Puerto Asís, Putumayo, es territorio controlado por los farianos. Incluso, en la zona, la guerrilla empezó a regar volantes dos meses atrás donde con fotografías de ‘Tirofijo’ y ‘Timochenko’, pedían a los campesinos empezar a erradicar manualmente sus cultivos de coca.
En Remedios, Ituango y Dabeiba, Antioquia, ha existido alguna presencia de las Farc, según León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación. Lo mismo que Montañita, Caquetá –donde reductos de las Farc salían hasta hace unos meses sobre la carretera y sorprendían a los pobladores- y Cartagena del Chairá, un municipio apartado de Florencia, donde se llega en lancha después de cuatro horas de recorrido, y donde la fuerza pública no alcanza a cubrir el extenso territorio.
No sorprende Tame y Arauquita, en Arauca. En la segunda localidad, la guerrilla tiene poder. Y hasta ha protagonizado crímenes de soldados con francotiradores hace unos años. Tame es una de las zonas donde- en su momento- las Farc más reclutaron niños y adelantaron acciones en contra de la fuerza pública.
La Macarena, Meta, es zona controlada por la guerrilla. E incluso, conserva una enorme finca llamada ‘El Borugo’, donde el ‘Mono Jojoy’ escondía a sus secuestradores después de la zona de distención. Era tan fue el poderío de Jorge Briceño que llegó a tener hasta hoteles en el municipio y un monumento con su figura que fue derrumbado por el Ejército después de la era del Caguán. Mesetas y Vista Hermosa, también fueron controlados por las Farc durante años.
En cambio Mapiripán, Meta, otra de las zonas de concentración, preocupa. Allí hay reductos de los paramilitares. Lo mismo que en algunas áreas de Cumaribo, Vichada, controlada, en gran parte, por bandas criminales que se han enfrentado con las Farc por territorio.
Los campamentos
Los campamentos donde se instalarán las Farc son ocho y cada uno mide 200 x 200 metros, es decir, cuatro hectáreas. Allí la guerrilla estará más agrupada porque puede haber algún centímetro de riesgo.
Por ejemplo: en Fonseca, Guajira- una de las áreas seleccionadas- hay bandas criminales que se disputan el control del narcotráfico en la frontera con Venezuela. Lo mismo que Riosucio, Chocó; Tierra Alta, Córdoba y Puerto Colombia, Guainía.
Algo distinto ocurre en Corinto, Cauca, donde se instalará un campamento de la guerrilla. Allí, controlan la zona y los cultivos de coca. Lo mismo que San Vicente del Caguán, Caquetá (donde hacen presencia permanente en la zona rural), y Puerto Losada, Meta, donde dirimen hasta conflictos entre comunidades.
Solo en Puerto Colombia, Guainía, donde se instalará un campamento de las Farc, la guerrilla movía hasta el 2015 más de $20.000 millones mensuales en minería ilegal, según las autoridades.
León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación, dijo que los campamentos donde se instalarán las Farc son zonas más pequeñas- comparado con las zonas de concentración- donde la fuerza pública tendrá que cuidarlos mejor.
“Allí el dispositivo de seguridad tendrá que ser más fuerte. Son sitios donde hay que poner mucho cuidado y cubrirlos con un dispositivo muy grande donde los guerrilleros tendrán menos libertad para moverse desarmados…”, resumió Valencia.